Nordic Walking: las esencias de la marcha nórdica

Jordi-Pau Caballero, Nordic Walking Coach INWA y TD Guia de Montaña aporta su granito de arena en la visión más técnica y teórica de la práctica de la marcha nórdica. En este caso, se permite la reflexión de todo lo que rodea el Nordic Walking, más allá de la práctica de esta disciplina.

La marcha nórdica, o Nordic Walking, es un actividad física saludable, que presenta un amplio abanico de posibilidades respecto a otras actividades deportivas, sin causar un impacto en las articulaciones del tren inferior. Es un ejercicio reequilibrador de nuestro cuerpo, mediante un trabajo activo de la parte central anterior y posterior -al implicar un número elevado de músculos-, así como de las extremidad superiores.

La juventud de esta futura disciplina deportiva, hace que muchas veces encontremos trabajos, opiniones o comentarios, que pueden ir desde su banalización, hasta una cierta mitificación, pasando por posicionamientos de una excesiva autocomplacencia. En marcha nórdica, todo el mundo se atreve a opinar -a veces desde la ignorancia, a veces desde ideas preconcebidas-, y en un porcentaje elevado de los casos, se intenta acercar la "idea" o "concepto" de la marcha nórdica, hacia las áreas o zonas influencia de cada uno, en base al bagaje, la trayectoria, las experiencias y/o la formación personal y profesional propias.

Todas las personas acumulamos en nuestro cuerpo, los impactos emocionales, psíquicos, sociales y culturales de nuestro entorno, que hacen que, junto con nuestra constitución y condición física, vayamos modificando nuestra fisonomía en nuestro proceso natural hacia el envejecimiento. Este factores influyen, y a la vez pueden ser agravados, por una mala salud postural. Una postura correcta y la técnica correcta de caminar, son dos de los tres principios en los que se fundamenta la marcha nórdica, obteniendo así un primer beneficio terapéutico de reeducación postural.

Cuando aplicamos el trabajo con los bastones, consolidamos esta reeducación postural en una doble vertiente: la postura, propiamente dicha, recuperando la memoria postural de nuestra musculatura, y el trabajo de tonificación, que nos debe permitir mantener de forma natural esta postura reencuentro . Con esta acción, aplicamos el tercer pilar de la marcha nórdica: el uso correcto de los bastones.

Caminar es un hecho universal en la especie humana. Es la base de nuestro movimiento espacio-temporal, que nos permite el inicio de otras acciones motoras. Si sólo tenemos el objetivo de caminar, o de mejorar su técnica, la marcha nórdica nos permite su optimización, respetando la postura correcta y el patrón biomecánicamente correcto de la marcha. Pero podemos ir más allá, aumentando la alargada y la intensidad de la zancada, con el objetivo de alcanzar más velocidad, aplicando leves modificaciones sobre el patrón biomecánicamente correcto de la marcha, pero que en ningún caso alteren la postura. Y también podemos aplicar la marcha nórdica como entrenamiento cruzado con diferentes modalidades deportivas, y como herramienta para facilitar el aprendizaje -y para el entrenamiento- del esquí de fondo, de donde precisamente proviene.

La transversalidad del hecho de caminar, hace interesantes las aportaciones de profesionales del campo de la actividad física, del deporte y de la salud, en un trabajo interdisciplinar, y que, sin duda, la irá ayudando a crecer en su estructuración formativa, con un conjunto de materias y de conceptos de interés, común a otros deportes, disciplinas, o currículos formativos. Del mismo modo que la marcha nórdica aportará, sin duda, unos recursos y unos valores de los que harán uso, mediante su correspondiente adaptación, los profesionales de la salud, de la actividad física y del deporte.

En todo caso, y en este camino de evolución y de crecimiento, la marcha nórdica deberá mantener sus esencias, con humildad, pero haciéndose respetar en los principios en los que se fundamenta.