Un calzado para cada actividad

Beñat Zaldua06/11/2018
©Topo Athletic
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Por desgracia, la inmensa mayoría de actividades diarias nos exigen la utilización de algún tipo de calzado; máxime si hablamos de actividades outdoor, en los que la planta del pie sufrirá las inclemencias del terreno y el peso de nuestro cuerpo. La utilización de calzado específico para cada actividad de outdoor se revela, por lo tanto, como algo indispensable.

Los avances tecnológicos que se van sucediendo nos permiten disfrutar de calzados muy desarrollados para cada una de las actividades outdoor y nos acercan, cada vez más, al ideal de caminar descalzos y sentir la naturaleza bajo nuestros pasos, protegiendo en todo momento el pie como es debido. Esta lucha entre pasar desapercibido y, al mismo tiempo, proteger el pie de forma eficaz, es la esencia del calzado para el outdoor.


Un calzado para cada actividad
Muestra de esta esencia es el hecho de encontrar tantos tipos de calzado específicos para cada actividad. Cuando hablamos de calzado outdoor, pensamos generalmente, en zapatillas de trekking y en botas de montaña, pero ampliando la mirada nos encontraremos con una gama de productos mucho más extensa.

El calzado más específico lo encontramos en actividades como la escalada, donde los pies de gato se funden con la forma de los pies y se adaptan a los recovecos de la pared. Para descender cañones y barrancos, encontramos zapatillas ligeras que evacuan el agua rápidamente, pero con una buena amortiguación y agarre. En el caso de la espeleología encontraremos calzado cómodo pero robusto y resistente, capaz de rendir en las duras condiciones que nos podemos encontrar bajo tierra.


Trekking, un nombre, mil modelos
En la denominación genérica de zapatillas de trekking o hiking también encontramos una inmensa variedad, entre la que deberemos escoger dependiendo de nuestras necesidades. Las zapatillas de trail running son las más ligeras y flexibles, características a las que se unen un buen agarre, una buena amortiguación y la transpirabilidad.

Será el calzado idóneo para marchas ligeras y carreras por la montaña. Si lo que nos va no es correr sino caminar paseos cortos, encontraremos una amplia gama de zapatillas de hiking y de trekking de caña baja. Este tipo de calzado combina la protección de una bota de montaña clásica con la ligereza y comodidad de un calzado de caña baja. Son las zapatillas que más han evolucionado -junto al trail running- en los últimos años, por lo que en el mercado encontraremos todo tipo de modelos adaptables a cada pie y a cada actividad.

Para trekkings más largos y ascensiones no demasiado exigentes, tenemos las clásicas botas de montaña que todos hemos tenido alguna vez y a las que también se les llama botas de trekking de caña alta. Este calzado nos permite sujetar bien pie y tobillos, sin oprimirnos bajo una estructura demasiado rígida.

Por último, para las ascensiones y rutas más alpinas y atrevidas encontraremos las botas de alta montaña y de expedición. Sumamente rígidas, estas botas sacrifican algo de comodidad en pos de la seguridad, ya que es un calzado que debe rendir en las condiciones más extremas de frío, viento, nieve y hielo. Los crampones deben adaptarse a estas botas como un guante de seda a la mano.


Un modelo para cada pie
Del mismo modo en que encontramos infinidad de modelos de calzado para las actividades outdoor, las zapatillas se encuentran también infinidad de pies a los que servir, ya que, sin querer caer en tópicos, hay que recordar que cada pie es un mundo.

Por esto, las grandes marcas no sólo fabrican modelos en función de la actividad para la que están destinadas, sino que también -y cada vez más- lo hacen pensando en los diferentes tipos de pie. De esta manera, nos encontramos con modelos con horma curva y arco pronunciado, a los que se adaptan los pies con hiper-pronación, también conocida como pies planos.

En el caso contrario, también se fabrican modelos con horma recta y arco poco pronunciado, para los pies con poca pronación. La razón de todo esto es que el pie plano se desliza demasiado hacia adentro del calzado y hace sufrir a la rodilla, por lo que hay evitar dicho deslizamiento mediante un arco pronunciado. En el caso del pie con poca pronación ocurre sencillamente lo contrario, ya que hay que facilitar dicho deslizamiento para mejorar la amortiguación.

Más allá de la longitud -a partir de la cual se establecen las tallas-, los pies tienen otros parámetros para ser medidos y en ellos nos debemos fijar a la hora de escoger nuestro calzado. Dichas medidas son, sobre todo, la anchura y el volumen del pie.

El mundo del calzado para el outdoor es el que más ha evolucionado, junto al textil, en los últimos años, dando como resultado una amplísima oferta. No podemos más que mantenernos continuamente informados sobre las novedades y aprovechar la amplia oferta disponible para escoger el producto adecuado para cada actividad y vivir al máximo las oportunidades que nos da la naturaleza de disfrutarla.

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