Chris Sharma regresa al futuro en Mouriès

En el 1986, la escena de la escalada francesa contaba con algunos de los escaladores más potentes del planeta. Entre ellos, Marc Le Ménestrel, quien equipó una de las vías más extremas, Magie blanche, en Mouriès, una de las escuelas de escalada más emblemáticas de esa época. A pesar de los múltiples intentos, no consiguió encadenar esa línea y fue otro francés, Didier Raboutou, quien realizó la primera ascensión en el 1989 y se convirtió en aquella época en uno de los primeros 8b+.

En treinta años, la élite de escaladores deportivos han conseguido subir un grado entero el listón del nivel, pasando del 8b+ al 9b+. El perfil general de las vías extremas también ha evolucionado, cada vez más desplomadas y largas. Las paredes, como la de Mouriès con su estilo vertical ultratécnico, de las que Magie Blanche es el prototipo, se han quedado obsoletas. Sin embargo, en un momento en el que los cracks de la disciplina flirtean con el 9a a vista, algunas vías extremas de antaño todavía se resisten a ser dominadas. Es del todo lícito preguntarse, ¿qué puede representar una vía como Magie Blanche para un escalador de alto nivel moderno? Ésta es una pregunta especialmente pertinente, ya que la vía casi ha quedado en el olvido después de su primera realización. Para encontrar la respuesta, Pezl propuso a Chris Sharma, miembro de su equipo y uno de los mejores de los escaladores actuales venir a ver esta “magia blanca” de cerca.

Chris Sharma en la Magie blanche
A Chris Sharma le encantan los desafíos y, cuando le propusieron enfrentarse a algo tan original, no se pudo resistir. Los pasados 15 y 16 de octubre del 2015, Sharma se desplazó a las Alpilles, con su buen amigo Marc Le Ménestrel, para palpar las presas de la citada vía.

Y rápido la encadenó. No fue a vista, aunque haya encadenado a vista en otras ocasiones vías mucho más difíciles, pero después de una atenta exploración de la vía Chris Sharma necesitó un solo intento para derrotar al mítico monstruo que es Magie blanche. Demostró hasta qué punto los escaladores actuales han elevado el nivel en cuanto a dificultad.