La expedición de Alex Txikon en el K2 llega a su fin

Redacción - @outdooractual29/03/2019
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Llega la primavera y, por lo tanto, llega el momento de despedirnos del invierno. Sin embargo, no de cualquier manera, ya que éste no ha sido un invierno más. No para el mundo de la montaña y menos para el alpinista Alex Txikon quién ha cumplido un sueño en su intento del K2 invernal, el único ochomil virgen en invierno, en el que además ha llevado a cabo variados y preciados avances científicos, tecnológicos y alpinísticos que contribuirán a que se ascienda el K2 en la época más fría del año.

El deseo de la cordada que sueña con sentir la vibración de la montaña puede definirse de múltiples maneras y quizás la más sencilla sea la de “aquel grupo de alpinistas unidos por una cuerda para poder avanzar”, pero esta breve frase recoge enormes valores como el esfuerzo en equipo, la responsabilidad de todos los miembros del equipo, la honestidad o la confianza en uno mismo al saber darse la vuelta cuando esa es la única opción que te hará poder seguir soñando.

Un proyecto como este forma parte de una cordada de proyectos en los que se enmarca como un eslabón más en una cadena de éxitos y fracasos continuos que elaboran un camino. Desde una primera ascensión siendo niño al Gorbea a hitos como la primera ascensión invernal de la historia al Nanga Parbat pasando por un Everest o un K2 que no quisieron dar opción más que al aprendizaje, que no es poco. Un aprendizaje que queda para futuros intentos, futuros sueños que enmarcan una carrera en la que el alpinista vizcaíno ha aprendido a dejar a un lado el ego y a escuchar a la montaña.

Un proyecto como este también es parte de una cordada de patrocinadores y colaboradores que frente a opciones más mediáticas, apuestan por la historia del alpinismo y la exploración. Una historia de superación, física, mental y científica. Un ejemplo de motivación y trabajo en equipo, aplicable a cualquier empresa.

Cabe subrayar también la gran difusión por parte de los medios de comunicación que han apoyado en todo momento al alpinista en su gran sueño. Un seguimiento masivo que ha respirado cada metro de altitud de la montaña de 8.611 metros.

Los imprevistos forman parte de la vida. Prueba de ello es el ‘stop’ que tuvo la expedición de Alex Txikon en el K2 para volar hasta el Campo Base del Nanga Parbat en un gesto de solidaridad y compañerismo que es tan importante remarcar. Daniele Nardi y Tom Ballard desaparecían en la ascensión por el Espolón Mummery camino a coronar la segunda invernal de la historia de una de las montañas más grandes en volumen del mundo.

Pero, desgraciadamente desaparecían sin dar señal alguna. Alex Txikon y parte de su equipo llevaron a cabo un rescate histórico en el que utilizaron drones y telescopio para poder encontrar rastro de ellos. Y así fue. Tras muchísimo esfuerzo encontraron los cuerpos de los dos alpinistas y esclarecieron los hechos de su pérdida. Dos grandes compañeros de profesión se quedaban en la montaña, y Alex Txikon debía volver a su objetivo dónde la otra parte del equipo le esperaba exhausto para poder dar el último pegue al K2.

Un pegué histórico apurando los últimos días de invierno en el que un grupo de alpinistas unidos por una cuerda hacían soñar a miles y miles de seguidores que crecían cada día en busca de un espejo en el que motivarse y superarse ante cada obstáculo de la vida.

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