Cuenta atrás para el inicio de la trigésimo cuarta edición del Marathon des Sables

Redacción - @outdooractual05/03/2019
©Josuefphoto
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Como ya es habitual desde 1986, a principios de abril de 2019 miles de deportistas se reunirán en el medio del Sahara, en el sur de Marruecos, para vivir, durante una semana, el desafío de su vida: el Marathon des Sables (MDS). Durante siete días, estos aventureros recorrerán unos 250 km de dunas, diebels, ergs y lagos secos, llevando consigo su propia comida y provisiones. La organización tan solo les proporcionará agua y, para dormir, les dará cobijo en una tienda tradicional bereber, cada una con capacidad para ocho personas.

Durante la expedición avanzarán por el corazón de un entorno desértico excepcional, luchando contra la arena, el calor y, sobre todo, contra ellos mismos. Impulsados por sus contrincantes, que a la vez se convertirán en sus compañeros, tendrán que superar sus límites y encontrar un aliciente que les permita llegar al final del desafío. Será entonces cuando podrán regresar a casa en un estado de paz y, tal vez, transformados por esta inmersión en el desierto.


El MDS, por un mundo mejor
Si bien el Marathon des Sables puede parecer una locura y totalmente inútil para la gran mayoría de los competidores que solo buscan cruzar la línea de meta, hoy, más que nunca, representa una verdadera balsa en un mundo que se está convirtiendo cada vez más individualizado. “Compartimos nuestro dolor y nuestra motivación para seguir adelante”, explicó Roberto Alejandro Naivirt (Argentina) tras participar en la 32ª edición.

Muchos de los participantes coinciden en un aspecto básico de la prueba: la solidaridad de los corredores. Según el español Manuel Soto, que en 2018 participó por segunda vez en el MDS junto a su hijo, afirmó que lo que más le gusta de esta prueba de autosuficiencia es “la solidaridad que hay aquí. Tu haima es tu casa… llegas aquí y llegas a tu casa”. De hecho, “tus compañeros son tu familia en ese momento”. A lo que su hijo, y tocayo, añadió: “Lo que vives no lo vas a olvidar nunca, tanto lo malo como lo bueno. Y lo bueno es irrepetible y quieres volver por las personas”.

El mismo planteamiento que sostuvo el español Jordi Borrell, que participó en la 33ª edición del MDS: “Mis compañeros fueron mi pilar… Se respiraba un ambiente de equipo en el que nos ayudábamos los unos a los otros para que todos acabáramos cada etapa. El ambiente era espectacular”.

A su vez, el español Xavier Recasens, participante en la 33ª edición, afirmó que “lo mejor es la gente con la que convives. Haces amigos de aquí y de allá, de todas partes. Todos estamos en una situación extrema, por lo que es uno por otro. Y eso es lo que te llevas; la experiencia”.

Compartir, convivir, ayudarse los unos a los otros: este podría ser el lema del MDS, y ¿por qué no el de un mundo mejor?


Un nuevo comienzo gracias al MDS
Según Brit Rory Coleman, que vivió el MDS en 1999, “El Marathon des Sables puede cambiar vidas” de hecho “el desierto ha tenido un gran efecto en mí. Ha cambiado profundamente mi vida. Allí conocí a mi esposa y es genial volver año tras año". Rory ha completado 15 MDS... y aún no ha terminado.

¿Por qué volver a la misma competición año tras año? Patrick Bauer, el organizador principal y director de la carrera del evento, explica: “Los competidores que participan en el Marathon des Sables varias veces nunca hacen la misma carrera dos veces. De hecho, el recorrido cambia cada año, junto con las condiciones climáticas, pero además la carrera continúa evolucionando, para reinventarse".


El MDS, sinónimo de una vida sencilla
Lo que realmente hace este evento son las personas que participan en él, ya sean solas, con amigos o incluso familia. Corren participantes muy diferentes, por lo que se crea un pelotón extremadamente variado.

Brit Benjamin Rolfe, deportista consumado con varios maratones y ultra trails en su haber, terminó el MDS en 2011 y regresó en 2017: "Mi sueño era realizar una segunda edición con mi hija Emily, para que viera cómo puede ser la vida" cuando todo se reduce a uno mismo y su mochila, sin medios sociales ni tecnología”. Una vida sencilla, reducida a su expresión más simple: caminar o correr, comer, lavarse la ropa, dormir y... hablar sobre cómo cambiar el mundo con perfectos desconocidos que se convierten en hermanos del desierto en tan solo unos días.

La vida en el MDS ciertamente no es nada fácil: "El MDS es tan difícil que encuentras algo dentro de ti que ni siquiera creías que tenías", confirmó Marianne Kleist durante la 31ª edición, pero “te permite descubrir recursos insospechados que te serán útiles en tu vida real”.


Los 5 pilares del MDS
- Reto: Alejarse de la vida cotidiana, experimentar una aventura excepcional, lograr algo grandioso e inútil al mismo tiempo.
- Compartir: Este desafío está muy bien, pero, como escribió Jon Krakauer en Into the Wild, "la felicidad solo es real cuando se comparte".
- Seguridad: "La seguridad sigue siendo nuestra principal prioridad", Patrick Bauer asegura que el evento es reconocido por su nivel de seguridad (organización, personal médico, seguimiento de etiquetas, etc.).
- Respeto: El respeto por uno mismo, otras personas, el medio ambiente son imprescindible para que el evento se siga organizando en próximas ediciones.
- Solidaridad: La mayoría de los competidores apoyan organizaciones benéficas y la organización en sí misma tiene su propia asociación: "Solidarité Marathon des Sables".


El MDS, el poder de la mente
El Marathon des Sables se conoce por ser una de las pruebas más duras. Los participantes deben derribar todo tipo de obstáculos: un terreno inhóspito, una meteorología desafiante con temperaturas extremas: calor durante el día y frío por la noche. Pero sobre todo, deben superarse a sí mismos. Según Xavier Recasens es importante “estar muy bien físicamente, pero el 70% es psicológico. No es una solo una competición donde hay que correr kilómetros, sino que hay que combatir el día a día”.

La española Eva Llinas confesó que “siempre que haces pruebas de este tipo, te dices que nunca más vas a repetir, lo pasas mal porque sufres. Hay momentos que son muy duros, pero al final la convivencia y el sacrificio te aportan mucho, así que yo creo que compensa. La parte psicológica es muy importante, sobre todo en la etapa larga, porque son muchos días, muchas etapas, y necesitas ser fuerte”.


El calendario
- 5 de abril: Los participantes llegan a Marruecos, se trasladan al bivouac / Inicio del viaje largo para prensa.
- 6 de abril: Día de inspecciones.
- 7, 8 y 9 de abril: Primera, segunda y tercera etapas.
- 10 y 11 de abril: La etapa larga (cuarta etapa) / Inicio del viaje corto para prensa.
- 12 de abril: Etapa de maratón, última etapa competitiva.
- 13 de abril: Etapa Solidarité Marathon des Sables, cronometrada y obligatoria.
- 14 de abril: Día libre.
- 15 de abril: Los participantes regresan a sus países de origen / Fin del viaje de prensa.

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