El refugio de la Renclusa celebra sus 100 años a los pies del Aneto

Centre Excursionista de Catalunya - @CEC_cat17/09/2016
Refugio de la Renclusa ©Wikimedia
Refugio de la Renclusa ©Wikimedia

Situado en el corazón del parque natural Posets-Maladeta oscense, en la vertiente Norte del macizo de Las Maladetas, el refugio de la Renclusa es sin duda uno de los equipamientos pirenaicos más emblemáticos, no sólo por su emplazamiento, sino también porque se encuentra en un lugar de paso para hacer ascensiones clásicas y muy apreciadas como la ascensión al Aneto (3.404 m), la cumbre más alta de los Pirineos.

El próximo 17 de septiembre se celebrarán en el refugio de la Renclusa a las 12:30 los actos del centenario de este refugio, en el transcurso de los cuales se colocará una placa conmemorativa. Además, en el palacio de los Condes de la Ribagorza de Benasque (Huesca), se puede visitar durante este mes una exposición con más de 130 fotografías sobre el refugio, la mayoría históricas.

Construcción del refugio
Fue el ingeniero y socio del Centre Excursionista de Catalunya (CEC), Juli Soler y Santaló, gran conocedor de los Pirineos y, sobre todo, del valle de Aran, quien tuvo la idea, en 1913, de construir un refugio en el plano de la Renclusa, donde había una pequeña cabaña, para dar una base adecuada y cómoda a los montañeros que quisieran subir al Aneto y otros cima del macizo de la Maladeta. Gracias a la amistad entre los propietarios del terreno y a las autoridades aragonesas, Soler consiguió el permiso para construir el refugio. El Ayuntamiento de Benasque cedió la piedra y la madera de sus bosques, necesaria para la construcción del edificio. Desgraciadamente, Juli Soler y Santaló murió el 30 de abril de 1914 sin poder ver terminado su proyecto; pero el CEC, en homenaje al hombre, al excursionista que fue, decidió terminarlo. Durante los veranos de 1914 y 1915 se hizo un trabajo intensivo y la obra queda lista para que se pueda inaugurar el 5 de agosto de 1916, hace ya más de 100 años.

Los actos de la inauguración se prepararon con tiempo y a conciencia, pero el evento no se llegó a celebrar nunca. Un grave accidente lo impidió: un rayo mató al guía Josep Sayó, que debía ser el guarda del nuevo refugio de la Renclusa. El 27 de julio de 1916 dos montañeros alemanes residentes en Barcelona, ​​Adolf Blass y Ediard Kröger, invitados a la Renclusa, con Mn. Oliveras y de la mano de Sayó, subieron al Aneto, que alcanzaron sin dificultades. Pero el tiempo cambió de repente y, mientras Oliveras y Kröger pasaban el paso de Mahoma, un rayo fulminó Sayó y Blass. La trágica noticia de las dos muertes hundió la inauguración y la convirtió en un ambiente de desolación.

Antonio Abadías, yerno Sayó, se hizo cargo de la administración del refugio, que cumplió el objetivo de dar acogida y ayuda a todos los excursionistas y turistas que iban al plano de la Renclusa. Entre 1916 y 1936 son los años en que los socios más activos del Centro Excursionista de Cataluña se dedican a subir el cimas más altas del macizo y de la cordillera pirenaica, y por primera vez con esquís, siguiendo el camino abierto por los franceses. El Aneto se sube con esquís por primera vez en abril de 1922 por Lluís Estasén, Josep Maria Soler y Coll, Carles Feliu y Enric Ribera.

La actividad de la Renclusa quedó paralizada a partir de julio de 1936 al estallar la guerra civil en España. Una vez terminada la guerra en abril de 1939, la Renclusa empezó a recuperar su función de refugio de montaña, a rehacer los daños causados ​​por el paso del tiempo y por las ocupaciones militares en las pasos fronterizos y lugares estratégicos. En 1951, en el 75 aniversario de la fundación del CEC se obtuvo el permiso de la Federación Española de Montaña para montar el tradicional campamento de verano en la Renclusa. Para esta ocasión, se llevó el 12 de agosto al Aneto una cruz de aluminio monumental de 90 kg que, desmontada y costeada por 80 voluntarios se colocó en la cima. El 14 de agosto, 400 aragoneses se instalaron también una escultura de su patrona, la Virgen de Pilar, que pesaba 600 kg.

La Renclusa también fue una base excelente para los rallies de esquí del CEC, que ofrecían la posibilidad de participación a extranjeros, de entre los que destaca el rally CAI-CAF-CEC de 1976.

La remodelación
Con el paso de los años se hizo necesaria una mejora del edificio y de los servicios que ofrecía el refugio, por lo que la Junta Directiva del CEC decidió iniciar los trámites para una reforma y ampliación. Fue un proceso largo y complicado, que duró 24 años y las gestiones de cuatro presidentes de la entidad.

No fue hasta julio de 1989, que no se contó con la aprobación del Ayuntamiento de Benasque y con todos los permisos necesarios de las autoridades competentes para iniciar las obras de remodelación. El nuevo refugio chalet de la Renclusa no inauguraría, sin embargo, hasta finales de 2006.

Para conseguir la financiación, estimado en 300.000 €, el CEC tuvo que ponerse de acuerdo con la FAM, para incluir la Renclusa en el plan de refugios de la Comunidad Aragonesa, con lo cual se constituyó el Consejo de la Renclusa en 1991, donde se establecía que el CEC, como propietario del refugio, para acceder a las subvenciones, cedía la mitad de la propiedad, concesión y explotación por un periodo de 49 años y se creaba la vez una comisión mixta formada por miembros de ambas entidades a partes iguales, la presidencia de la que se ejercería alternativamente cada año; también se compartirían la gestión, los gastos y los beneficios que generara la explotación del nuevo chalet.

Gracias a las gestiones efectuadas por Francesc Homs, diputado de CiU en el Congreso, en el año 1995 fue aprobada la cantidad de 240.000 € para el refugio de la Renclusa dentro del Plan Nacional de Deportes. Se iniciaron, pues, las obras, aunque tuvieron un paro por falta de financiación que, al fin, y gracias al impulso de la editorial Prames, se pudieran terminar.

La remodelación consistía en construir un ala nueva, perpendicular al cuerpo general del viejo edificio, para instalar el comedor y ampliar el cuerpo del edificio para crear una estancia amplia y cómoda al guarda, además de un pequeño local como refugio libre de invierno con un acceso independiente. También se levantaba un nuevo piso para aumentar la capacidad de las plazas. Además, se instaló un nuevo sistema de evacuación de aguas residuales, y se hacía una nueva conducción de agua procedente del torrente de la Maladeta.

Las habitaciones de los primer piso se hicieron de 4 y 8 literas, con sanitario y ducha, y en la planta superior, sanitarios comunitarios y habitaciones para una capacidad de 92 plazas. La luz procede de placas solares y la calefacción en las habitaciones y el edificio en general, es de gas propano. La planta consta de una cocina moderna y bien equipada, con un comedor y un recibidor, armarios para dejar botas y material diverso, además de una enfermería completa.

Finalmente, el 30 de septiembre de 2006, se inauguró el nuevo chalet refugio de la Renclusa con una ceremonia sencilla al cuidado de la FAM y del CEC.

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