¿Qué debes saber para organizar un evento deportivo en los Parques Naturales de Barcelona?

Jaume Piguillem - @outdooractual26/04/2016
Parque Natural del Montseny ©Pixel
Parque Natural del Montseny ©Pixel

La Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña (FEEC) y la Diputación de Barcelona elaboran y presentan un documento que condensa todos aquellos consejos y recomendaciones a tener en cuenta para la realización de actividades competitivas en montaña.

Si bien el documento habla de aquellas actividades que se celebren en la Red de Parques Naturales de la Diputación de Barcelona, lo cierto es que el contenido es extrapolable al resto de actividades en montaña, por los distintos ejes en los que se recomienda fijarse a la hora de organizar un evento en montaña, especialmente teniendo en cuenta las características especiales de los Parques Naturales y otros lugares de alto valor paisajístico y cultural.

El documento, cuyo título íntegro es “Documento de buenas prácticas para actividades excursionistas organizadas en la Red de Parques Naturales de la Diputación de Barcelona”, se organiza en distintos ámbitos que se barajan cuando una entidad decide organizar un evento en montaña.

Según se explica en la introducción, este documento tiene el objetivo de “colaborar y consensuar aquellos aspectos fundamentales para poder llevar a cabo caminatas, actividades excursionistas y carreras por montaña, de manera compatible con la conservación de los valores de los espacios naturales en los que se realizan”.

Sus principios se fundamentan en el interés por la conservación del entorno natural y para que las actividades que se realizan en esta Red de Parques Naturales sirvan para poner en valor su patrimonio natural y cultural, ayudando al desarrollo socio-económico de sus municipios. Además deben cumplir con los requisitos deportivos para ser atractiva de cara a los participantes.

El documento entra al detalle en lo referente al número de participantes del evento en cuestión, teniendo en cuenta que debe tratarse de un número más reducido si la actividad cumple algunos criterios, como, por ejemplo, si es de carácter competitivo o no, la distancia del itinerario, si es diurna o nocturna, la proporción de recorrido que transcurre por un espacio protegido, etc.

El tipo de caminos que se utilizan en el trazado también es un tema en el que el documento entra en detalles. Marca la prioridad de uso de cada tipología de la siguiente forma, de más prioritario a menos:
- Pistas de la red rodadas.
- Red de senderos del Parque.
- Otros senderos señalizados.
- Caminos o senderos que figuren en la cartografía de la zona.
- Los que figuren en el inventario de caminos.
- Excepcionalmente otros senderos, solamente para conectar una parte del trazado con otra.
- No se admite, en la Red de Parques Naturales de la Diputación, el trazado campo a través, ni abrir o modificar caminos.

Además se deja claramente especificado qué condiciones de anchura debe tener el primer tramo del trazado (un 10-15% del mismo). Debe ser suficientemente ancho como para evitar aglomeraciones.

La mayor parte de todas estas directrices son extrapolables a cualquier prueba de montaña que circule por una zona de montaña protegida o de carácter especial. Y parece ser que la mayor parte de estas recomendaciones ya se aplican en cualquier prueba, especialmente las de carácter competitivo. Además, cuando una actividad afecta una zona protegida, la misma dirección de la zona ya suele marcar limitaciones y/o prohibiciones en este sentido.

La recepción de los participantes y el punto de inicio de la actividad también es una cuestión que el documento tiene en cuenta, subrayando la idea, ya muy establecida, que el inicio se encuentre en un núcleo urbano. Un lugar que debe ser accesible en coche y en transporte público.

La información y la promoción de la actividad también merece un capítulo propio. Haciendo hincapié en que es importante describir bien el tipo de actividad y el público al que se dirige, destacando el espacio natural y redactando un reglamento de normas de comportamiento para los participantes, donde es necesario incluir el documento que nos ocupa.

En el ámbito de la seguridad, también se recomiendan algunas de las medidas que cada vez están más extendidas, a saber, el seguro para los corredores e incluso recomendar que los participantes estén federados, un sistema de control de los participantes, teléfonos de contacto, recomendar el material necesario, etc. Todas esas cuestiones que, especialmente en el caso de las carreras por montaña, ya se lleva a cabo y que garantizan la seguridad de los corredores.

El último bloque está dedicado a la señalización y la limpieza y gestión de los residuos. En cuanto a la primera, se deja claro que debe ser algo temporal y que no suponga un impacto para el medio ni para los otros usuarios, material que debe ser reciclado o reutilizado. La señalización de la prueba debe colocarse como máximo 24 horas antes de la actividad y en cuanto a los avituallamientos, se recomienda que no ocupen lugares frecuentados o que puedan suponer algún riesgo.

En cuanto a los residuos, se deja claro que es la organización del evento la que debe asumir la responsabilidad de la limpieza y retirada de los residuos que se generen durante la actividad. El documento detalla una serie de criterios para reducir el volumen de residuos y para la recogida selectiva de los residuos generados.

Finalmente, las autorizaciones de la organización con su entorno en la realización de las actividades también cuentan con sus propias recomendaciones. Una de las más destacadas es el orden que hay que seguir a la hora de pedir los permisos necesarios para realizar el evento: Propietarios-Parque-Ayuntamiento-Tráfico-Otras administraciones. Se recomienda hacerlo con 30 días de antelación y deberá quedar especificado qué administración autoriza la actividad en última instancia. Incluso se habla de que, en determinados eventos masivos, será posible pedir una fianza a la organización como garantía del cumplimiento de las condiciones establecidas.

Un documento de mínimos
Después de analizar al detalle el documento de buenas prácticas e independientemente de que se encuentre geográficamente muy localizado, lo cierto es que las recomendaciones que detalla podrían ser aplicadas a cualquier evento en cualquier parte, siendo éstas los mínimos que deben ser exigidos a las organizaciones de eventos con el objetivo de que se respete el entorno y se minimice el impacto sobre el mismo.

Además, no supone más que una guía en la que ir a buscar, negro sobre blanco, una serie de áreas y actuaciones que ya se suelen tener en cuenta en las actividades en la montaña, sean de la modalidad que sean. Sin ser un documento que proponga legislación nueva que afecte la complejidad de un evento en una zona de montaña protegida, sí que hace las veces de guía para saber por dónde empezar si alguien quiere organizar un evento o actividad en montaña.

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