La expedición de Alex Txikon alcanzará el jueves el CB del Everest

La aventura ‘Un Reto Sobrehumano’ de Alex Txikon comienza a tomar cuerpo. En la primera semana desde su llegada a la capital nepalí, el reducido equipo encabezado por el alpinista vizcaíno, y de la que también forma parte el joven escalador madrileño Carlos Rubio y los cámaras Aitor Bárez y Pablo Magister, se ha instalado ya en los alrededores del Everest, en una zona comprendida entre los 3.700 y los 4.400 metros de altura.

Los primeros días de la expedición han transcurrido con algunas dificultades logísticas debido a que el frío ha provocado varios problemas técnicos en diferentes equipos que han afectado tanto a la red de comunicaciones (han estado tres días para enviar el vídeo de felicitación de las fiestas navideñas), como a la generación de electricidad, problemas ya solventados.

A pesar de ello, el equipo de alpinistas celebró la entrada del nuevo año en la aldea de Kunde (región de Khumbu), la puerta de entrada de los grandes ochomiles del Himalaya. Del mismo modo, Alex Txikon y su equipo han sobrevolado ya en avioneta el Everest para analizar la estrategia a seguir y las condiciones con las que se van a encontrar en los próximos semanas.

Precisamente, las condiciones atmosféricas de esta primera semana son bastante buenas para lo que es habitual en el invierno en la cordillera del Himalaya. Las temperaturas medias han rondado los -10 grados centígrados, sin apenas precipitaciones, lo cual favorece la próxima llegada al campo base (situado a 5.360 metros altura) donde pretenden instalarse este próximo jueves, paso previo a la singladura a través de la complicada Cascada del Khumbu (entre el Campo Base y el Campo I). “Estamos congelados; ahora estamos a 10 bajo cero en el hotel en Dinghbotzen a 4.450 metros de altura y no sentimos las manos, ni para poder escribir; hace muchísimo frío y estamos con los plumíferos hasta arriba”, nos comentaba Alex ayer por la noche.

A su juicio, “estos días estamos teniendo mucha suerte con las condiciones, pero la verdad es que es duro”. Tal y como nos relata, “cuando lleguemos al campo base todo irá a mejor; aquí no tenemos apenas electricidad, y estamos andando de un lado para otro sin parar”.